Y años más tarde, estaba terminando mis estudios superiores en arte dramático de la mano de algunos proyectos de cine y teatro que me habían acompañado en esa etapa.
Y si miro a esa niña de cinco años, sigo viendo la misma pasión, la misma entrega, las mismas ganas de vivir con el arte y de contar tantas historias en tantas vidas distintas, que es imposible no querer dedicarse a la interpretación.
“Qué suerte la mía, haber nacido artista en mi Andalucía”